Riesgo sí, pero calculado: la gestión del riesgo internacional en la trayectoria de Massoud Zandi

Todos los proyectos de dimensión global comparten un elemento común: riesgo internacional. Variación de divisas, cambios regulatorios, tensiones políticas, diferencias culturales y vulnerabilidades logísticas forman parte del paisaje. En ese contexto, la carrera de Massoud Zandi muestra un esfuerzo constante por desarrollar una gestión eficiente de ese riesgo, asumiendo que nunca desaparece, pero sí puede administrarse con inteligencia.

Su enfoque no parte de la fantasía de un entorno controlable al 100 %, sino de la convicción de que la clave está en identificar, repartir y mitigar.

Identificar los riesgos reales, no los teóricos

El primer paso de su método consiste en separar los riesgos realmente relevantes de los meramente hipotéticos. Para ello, Zandi combina:

Análisis de contexto político y económico en cada país.

Visión técnica sobre logística, contratos y financiación.

Experiencia acumulada de episodios anteriores.

Este filtrado evita que los proyectos se paralicen por el miedo a todos los posibles escenarios y se centre en aquellos que tienen una probabilidad y un impacto significativos.

Repartir el riesgo entre actores y estructuras

Una vez identificados, el siguiente movimiento es repartir el riesgo de forma sensata. En lugar de concentrarlo todo en una sola entidad o parte, Zandi apuesta por:

Estructuras con participación de varios actores.

Acuerdos donde cada parte asume aquello que mejor puede gestionar.

Mecanismos contractuales que prevean cómo responder a determinados eventos.

Este reparto hace que ningún participante soporte una carga desproporcionada, aumentando la resiliencia del proyecto.

Mitigar y, en última instancia, reaccionar rápido

Por último, se centra en las medidas de mitigación y reacción:

Coberturas financieras para ciertos riesgos de mercado.

Cláusulas de revisión ante cambios regulatorios de calado.

Planes de contingencia logística y operativa.

Aun así, Massoud Zandi sabe que no todos los riesgos son previsibles. Por eso da gran importancia a la capacidad de reacción rápida: cuando algo inesperado ocurre, lo decisivo es tener los canales y la estructura para adaptarse sin destruir el proyecto.

La gestión eficiente del riesgo internacional que aplica Zandi no elimina la exposición inherente a la actividad global, pero sí la convierte en un elemento manejable, integrado en la lógica misma de los proyectos.