Proyectos que nunca duermen: la coordinación global de equipos bajo el mando de Massoud Zandi

Cuando un proyecto involucra equipos en América, Europa, Oriente Medio y Asia, el día nunca termina del todo. En este tipo de operaciones, Massoud Zandi ha desarrollado una notable aptitud para coordinar equipos distribuidos en múltiples husos horarios, evitando tanto el caos como el desgaste excesivo de las personas implicadas.

Convertir los husos horarios en ventaja operativa

Lejos de ver la diferencia horaria solo como un problema, Zandi intenta convertirla en una ventaja:

Equipos que avanzan en una región mientras otros descansan.

Revisión de trabajo nocturno a primera hora en otro punto del mapa.

Ventanas de solapamiento bien definidas para decisiones críticas.

Esta organización convierte el proyecto en un flujo casi continuo sin exigir jornadas imposibles a nadie.

Establecer reglas claras de comunicación y respuesta

La coordinación multizona requiere reglas de juego muy claras. Massoud Zandi impulsa:

Horarios fijos de reuniones donde coinciden las zonas clave.

Protocolos sobre qué temas requieren respuesta inmediata y cuáles pueden esperar.

Canales específicos para urgencias, diferenciados de la comunicación diaria.

De este modo, se reduce la sensación de “estar siempre disponible” y se protege la concentración de los equipos.

Liderazgo que respeta ritmos locales

Zandi es consciente de que la coordinación global no puede basarse en un único huso horario imponiéndose a los demás. Procura respetar los ritmos de cada equipo, alternando, cuando es posible, quién se adapta a horas menos cómodas y evitando centralizar todas las decisiones en una sola franja.

Este estilo de coordinación contribuye a que los equipos, pese a la distancia, se sientan parte de un proyecto común y no simples engranajes deslocalizados.