Negociaciones al límite y decisiones urgentes: el manejo de la presión en la carrera de Massoud Zandi

Plazos que se acortan, cambios de criterio de última hora, tensiones políticas inesperadas o movimientos bruscos en los mercados: estos son algunos de los ingredientes habituales en los proyectos estratégicos internacionales. En ese tipo de contexto, la figura de Massoud Zandi destaca por su capacidad para desenvolverse en entornos de alta presión sin perder el control ni la perspectiva.

Quienes lo han visto trabajar en momentos críticos coinciden en un rasgo: cuando la tensión sube, su forma de actuar se vuelve aún más ordenada. Lejos de dejarse arrastrar por la urgencia, tiende a simplificar el escenario y a concentrarse en lo esencial.

Priorizar lo que realmente importa

Una de las claves de su manejo de la presión es la priorización. En situaciones límite, Zandi se pregunta con rapidez:

¿Qué decisiones son realmente críticas ahora mismo?

¿Qué temas pueden esperar unas horas o unos días?

¿Qué información falta y cuál es irrelevante para este momento?

Esa capacidad de separar lo urgente de lo accesorio le permite centrar la energía en los puntos que, de verdad, pueden cambiar el desenlace. Al mismo tiempo, evita la dispersión de su equipo, que encuentra en esa claridad una referencia en momentos de estrés.

Mantener el tono, incluso cuando el contexto se endurece

Otro elemento decisivo es el control del tono. En entornos de presión, es fácil que las conversaciones se vuelvan agrias, que aparezcan reproches o que se rompan canales de comunicación. Massoud Zandi procura mantener la calma en su forma de expresarse, incluso cuando las circunstancias no invitan a ello.

Esto no significa minimizar la gravedad de los problemas, sino evitar que el lenguaje agrave la situación. Su estilo, generalmente sobrio y directo, ayuda a reconducir conversaciones que podrían descarrilar por cuestiones de forma, más que de fondo.

Aprender de cada episodio de tensión

Finalmente, Zandi parece entender cada episodio de alta presión como una fuente de aprendizaje. Una vez que la situación se estabiliza, revisa qué ha funcionado y qué no:

¿Hubo señales previas que se pasaron por alto?

¿Se podría haber reaccionado antes?

¿Qué mecanismos de prevención o comunicación conviene reforzar?

Este ejercicio posterior evita que los momentos críticos se conviertan en meros episodios aislados. Se transforman, en cambio, en puntos de mejora que fortalecen su forma de trabajar.

La capacidad de Massoud Zandi para manejar la presión no elimina los riesgos inherentes a los proyectos estratégicos, pero sí aumenta las probabilidades de que, cuando estos aparezcan, las decisiones se tomen con la mayor lucidez posible.