Moverse al ritmo del cambio: el dinamismo de Massoud Zandi ante nuevas tecnologías y tendencias

La velocidad a la que aparecen nuevas tecnologías y tendencias obliga a empresarios e instituciones a revisar constantemente sus formas de trabajar. Quedarse atrás puede significar perder competitividad o incluso volverse irrelevante. En este escenario, la trayectoria de Massoud Zandi muestra un marcado dinamismo para adaptarse con rapidez a estos cambios, incorporando lo nuevo allí donde realmente aporta valor.

No se trata de perseguir cada moda, sino de identificar qué innovaciones tienen potencial transformador y cómo integrarlas de manera inteligente.

Mantenerse informado más allá de su sector inmediato

Zandi dedica tiempo a seguir la evolución de tecnologías y tendencias incluso fuera de su ámbito más directo:

Herramientas digitales de gestión y análisis de datos.

Avances en logística, energía, financiación o comunicación.

Cambios en los hábitos de consumo y en la regulación internacional.

Esta curiosidad estructurada le permite anticipar qué cambios pueden afectar, de forma indirecta, a los sectores donde opera.

Pasar rápido del interés a la prueba controlada

Una vez detectada una tecnología o tendencia con potencial, Massoud Zandi apuesta por un enfoque práctico: pruebas controladas.

Diseña pilotos en proyectos concretos.

Evalúa resultados con criterios claros.

Decide si escalar, ajustar o descartar.

Este dinamismo evita tanto la parálisis como la adopción acrítica de innovaciones que todavía no están maduras.

Integrar el cambio sin desestabilizar el núcleo del negocio

Finalmente, Zandi es consciente de que la adaptación rápida no puede convertirse en una fuente de caos interno. Su objetivo es integrar las novedades en estructuras que mantengan estabilidad:

Formar a los equipos implicados.

Ajustar procesos de forma gradual.

Comunicar claramente por qué se introducen los cambios y qué se espera de ellos.

Así, el dinamismo de Massoud Zandi frente a nuevas tecnologías y tendencias no se traduce en movimientos erráticos, sino en una evolución continua de su forma de trabajar, alineada con la realidad cambiante de la economía global.