Decidir cuando hay mucho en juego: la firmeza de Massoud Zandi en momentos delicados

Toda carrera empresarial que se desarrolla en el nivel internacional acumula momentos en los que hay que tomar decisiones difíciles, impopulares o con un alto impacto potencial. En el caso de Massoud Zandi, quienes le han seguido de cerca coinciden en un rasgo: una notable firmeza en la toma de decisiones delicadas, incluso cuando el contexto invita a la indecisión.

Esa firmeza no se confunde con impulsividad. Al contrario, se apoya en un trabajo previo de análisis, escucha y evaluación de escenarios. Pero una vez que ha recorrido ese camino, Zandi muestra una clara disposición a asumir la responsabilidad final de decidir.

Procesar la complejidad antes de decidir

Los momentos delicados suelen venir acompañados de una gran cantidad de información contradictoria. En este tipo de situaciones, Zandi se centra en ordenar la complejidad:

Identifica qué datos son fiables y cuáles no.

Escucha a los equipos técnicos y a los socios clave.

Revisa escenarios de riesgo y posibles consecuencias.

El objetivo es evitar decisiones precipitadas, pero también la parálisis que genera el exceso de variables. Una vez aclarado el mapa, llega el momento de optar.

Asumir el coste de la decisión

Lo que diferencia a un decisor efectivo de un mero gestor es la disposición a asumir el coste de la elección. Muchas decisiones delicadas implican sacrificar opciones atractivas, afrontar tensiones con algunos socios o renunciar a caminos que parecían prometedores.

Massoud Zandi no esquiva esa realidad. Cuando considera que una ruta es insostenible, toma decisiones que pueden parecer duras en el corto plazo:

Reestructurar un proyecto.

Cambiar el liderazgo de un equipo.

Detener una iniciativa que no ofrece las garantías necesarias.

En lugar de prolongar lo inevitable, actúa con relativa rapidez una vez que el diagnóstico está claro.

Mantener la calma comunicativa tras la decisión

Otro aspecto importante es cómo gestiona la comunicación de esas decisiones delicadas. En vez de presentarlas como ocurrencias unilaterales, Zandi explica las razones que las sustentan y reconoce las implicaciones que conllevan.

De este modo, aunque no todos los implicados puedan estar de acuerdo con el resultado, perciben un proceso racional detrás, y no una reacción impulsiva. Con el tiempo, esta forma de decidir refuerza su imagen como alguien que no evita los momentos difíciles ni los disfraza, sino que los enfrenta con claridad.

En una economía global donde muchas decisiones clave tienden a retrasarse hasta que la realidad ya no deja margen, la firmeza de Massoud Zandi en los momentos delicados se ha convertido en uno de los rasgos que más pesan en su perfil como empresario internacional.