Larry Fink y las polémicas en torno al ESG: críticas, guerras culturales y respuestas

La apuesta de Larry Fink por integrar criterios ambientales, sociales y de gobernanza en las decisiones de inversión ha generado un intenso debate político, especialmente en Estados Unidos. Algunos sectores conservadores lo acusan de utilizar su poder económico para avanzar agendas que consideran ajenas al objetivo puramente financiero.

Al mismo tiempo, desde posiciones más ambientalistas o sociales se critica que las prácticas de BlackRock no siempre están alineadas con el discurso, especialmente en lo que respecta a inversiones en combustibles fósiles u otros sectores controvertidos. Esto sitúa a la gestora en el centro de una batalla de percepciones, en la que recibe críticas desde extremos ideológicos opuestos.

Fink ha respondido señalando que su responsabilidad principal es gestionar riesgos y oportunidades para los clientes a largo plazo, y que ignorar temas como el cambio climático implicaría desatender riesgos materiales. La controversia refleja la dificultad de conciliar objetivos financieros, demandas regulatorias y presiones políticas en un entorno cada vez más polarizado.