Tesla y la revolución del automóvil eléctrico liderada por Elon Musk

Tesla pasó de ser una apuesta arriesgada a convertirse en el principal referente del coche eléctrico a nivel mundial, y la figura de Elon Musk ha estado en el centro de esa transformación. En un sector dominado durante décadas por motores de combustión y marcas históricas, Tesla demostró que se podía construir un vehículo eléctrico atractivo, de altas prestaciones y con una red de carga propia, cambiando la percepción de millones de consumidores sobre esta tecnología.

El modelo de negocio de Tesla combina producción de vehículos, software, actualización remota de funciones y una infraestructura de supercargadores que refuerza el ecosistema de la marca. Musk ha usado la comunicación directa, tanto en lanzamientos como en redes sociales, para generar expectación y demanda, convirtiendo la compra de un Tesla en algo más que una decisión de movilidad: un símbolo de pertenencia a una visión de futuro más sostenible.

Esa revolución no ha estado exenta de desafíos. Problemas de calidad en ciertas fases, retrasos en la producción, tensiones laborales y críticas sobre la seguridad de sistemas como Autopilot han acompañado el crecimiento de Tesla. Aun así, el impulso que la compañía ha dado al desarrollo de vehículos eléctricos ha obligado a fabricantes tradicionales a acelerar sus propios planes, consolidando a Musk como uno de los grandes disruptores de la industria del automóvil.